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El fin de año es un excelente momento para plantearnos lo que queremos dejar atrás. Para poder dejar entrar nueva energía en nuestra vida, primero hay que dejar ir lo antiguo, y cerrar ciclos. Cerrar etapas es la llave para abrir nuevas y conseguir una evolución personal.

Cuando no cerramos ciclos, arrastramos a nuestro presente emociones provocadas por algo que sucedió en el pasado y esto puede hacer que determinados patrones de conducta no nos beneficien ni nos dejen evolucionar. Para nuestra salud emocional, es imprescindible dejar ir. Si por ejemplo sientes resentimiento hacia una expareja, difícilmente podremos entablar una nueva relación sana.

El momento del año en el que nos encontramos es ideal para cerrar ciclos, para pararnos a sentir qué nos duele todavía que queremos dejar ir. Qué ciclos ya queremos que para nosotros sean definitivamente pasado, porque queremos crear algo nuevo y acorde con lo que en este momento somos y sentimos.

Para ello, te recomiendo que dediques a ti mismo un tiempo de estos días finales del año, que des las gracias por los aprendizajes que la etapa que cierras te haya traído para crecer como persona, y que digas adiós. Ábrete a todo lo nuevo, hay personas y situaciones maravillosas esperándote, sólo tienes que abrirte a recibirlas.

A continuación te doy 8 claves para que puedas cerrar ciclos:

1. Acepta y responsabilízate de tus emociones

Reconoce que la situación que te incomoda ya sucedió. Ya no puedes hacer nada para cambiar como fue, para modificar lo que ya pasó.  Ahora, lo que está en tu mano es aceptar las emociones que te provoca y dejar de juzgarte. No etiquetes lo que sientes, no juzgues, ni te juzgues. Eso que sientes también eres tu, y está bien. Abraza esa emoción.  Ten en cuenta que SEGURO que saldrás de ésta, y reconocer que no te sientes bien en este instante, es el primer paso en el proceso de cierre de una etapa o un ciclo de tu vida.

2. Perdónate y saca el aprendizaje.

Has hecho siempre lo mejor que has sabido con los recursos que tenías, y lo mismo sucede con los que estaban implicados en esa situación. Acepta que fue así,  perdona y perdónate. Saca el aprendizaje que esta situación te ha traído para hacerte mejor persona y ser más feliz, y sigue adelante. Cerrar una etapa sin sacar ningún aprendizaje de ella no es posible, está condenada a repetirse porque venimos a este mundo a aprender. Escúchate, siente, y extrae la verdadera enseñanza que esta etapa te quiere mostrar, para dejar paso a los nuevos ciclos.

3. Pasa a la acción.

Si el ciclo que quieres cerrar requiere de que tú hagas algo, hazlo, pasa a la acción. Si por ejemplo hay un trabajo que quieres terminar, pero hay temas todavía por resolver, actúa, aunque te cueste, haz lo que por tu parte esté pendiente para poder cerrar ese ciclo. Si se trata de una situación con otra persona, actúa, ¿es un perdón? ¿una despedida? ¿hay algo que debas contar o una conversación que te permitirá cerrar la etapa? Hazlo desde el amor y desde la integridad, sin juicios ni etiquetas. Simplemente expón tu decisión de cerrar esa etapa y lo que de ella has aprendido con agradecimiento. No dejes cosas atrás, si de verdad quieres cerrar una etapa, que no quede nada pendiente por tu parte.

4. Afronta que es momento de poner FIN

Repítete a ti mismo que esta etapa se está cerrando.  No formes un bucle en tu cabeza pensando en cómo debió ser y no fue, o en cómo te hubiera gustado a ti que fuera. Lo que fue ya pasó, afronta que las cosas han sido así y que lo que quieres cerrar ya terminó. Cuando lleguen pensamientos sobre el tema que quieres cerrar a tu mente, haz una pausa, respira y cambia tu dialogo interior por una repetición: “Esta etapa ya ha terminado”.

5. Persevera y quiérete

Cerrar un ciclo es un proceso. Se paciente contigo mismo, es muy posible que venga a tu mente esta situación más a menudo de lo que te gustaría. Persevera y en el momento en que tu mente te muestre de nuevo esa situación a la que quieres dar carpetazo, trae tú la enseñanza que has sacado de esta etapa, siéntela desde el amor a ti mismo, y agradécela.  Agradece todo lo que has aprendido en esa etapa que ahora se cierra y sigue adelante con confianza y amor a ti mismo.

6. Sé tolerante

Al igual que debes ser paciente contigo mismo, trabaja el ser paciente con los demás. Si en este ciclo que cierras hay más personas implicadas, asume que cada uno tiene su ritmo y se tolerante con sus tiempos. Lo importante es que tú no pierdas tu norte y actúes siempre desde la convicción de que todo lo bueno que anhelas está ahí esperándote porque tú si que has cerrado ya esa etapa y estás abierto a las nuevas oportunidades.

7. Resignifica la experiencia

En un primer momento lo más probable es que cada vez que vengan recuerdos o situaciones que tengan algo que ver con esta etapa, te sientas incomodo o vengan a ti emociones que te desestabilicen. Cuando esto suceda resignifica la experiencia, respira por ejemplo tu rencor, haz una pausa y trae a tu mente el agradecimiento por el aprendizaje y la sabiduría que has sacado de la experiencia. Si por ejemplo viene la rabia, respira y trae el perdón que ya te has hecho a ti mismo, y a los demás. No dejes que tu mente te posea, posee tu a tu mente.

7. Observa las consecuencias en tu día a día

Identifica en qué aspectos de tu vida ha afectado la experiencia o la etapa que quieres cerrar ( quizá no puedas dormir bien desde un hecho en concreto, o te sientas incapaz de realizar alguna acción desde que algo sucedió). Identificar la relación entre ciertas experiencias y nuestra vida diaria ayuda mucho a superar los miedos y cerrar ciclos.

8. No te abrumes por el futuro
   Deja atrás esta etapa y permítete fluir. Tu pasado no determina tu futuro, nada de lo que ya se fue determina lo que será. Ábrete a las posibilidades y desapégate de lo que ya pasó. El futuro está por construir y eres tú quien decide en cada momento lo que construyes. Enfócate en lo positivo y permítete vivir en el presente, dando lo mejor de ti. Es desde el aquí y el ahora desde donde se crea un futuro maravilloso.